¿Por qué es tan importante la Microbiota para nuestra salud?
Dolores de cabeza, hinchazón después de comer, alergias, dermatitis atópica, esos kilos de más de los que es imposible deshacerse...
Quizás te suenen algunos de estos problemas, pero ¿sabías que todos ellos pueden estar relacionados con un desequilibrio de la microbiota?
Esta frase que acabas de leer pertenece al genial libro “Es la microbiota, idiota” de la Dra. Sari Arponen, médica, profesora universitaria, investigadora y divulgadora experta de la microbiota.
Pero si no tienes tiempo para leerlo o no te apetece gastarte dinero en este libro aquí te contamos todo lo necesario sobre la microbiota.
Qué es la microbiota intestinal
También llamada flora intestinal, la microbiota es el conjunto de microorganismos vivos o bacterias que se encuentran en el intestino o tubo digestivo del organismo humano, incluida la boca y el aparato genital.
La existencia de estas bacterias es muy beneficiosa para el desarrollo del sistema inmune, la conducta humana y el estado de ánimo.
La microbiota se va desarrollando a medida que avanza la vida, de forma que su composición es diferente en la infancia y adolescencia que en la vida adulta.
La armonía de nuestra microbiota intestinal influye en cómo hacemos la digestión y en qué medida digerimos y absorbemos los componentes de los alimentos.
Funciones de la microbiota en el organismo
1- Protección de bacterias patógenas que pueden provocar enfermedades. Es una barrera que protege al organismo de bacterias patógenas, metales tóxicos, químicos nocivos presentes en el ambiente y partículas de polvo y suciedad.
2- Desarrolla regula y fortalece el sistema inmune. Según estudios, hasta el 70% del sistema inmunológico depende del buen funcionamiento de la microbiota, la cual favorece que el sistema de defensa funcione adecuadamente.
3- Digestión de alimentos. Cumple una función de regulación del metabolismo porque permite digerir algunos componentes de los alimentos que el organismo no puede digerir y metabolizar por sí mismo.
4- Producción de energía y vitaminas: algunas de ellas fundamentales para el mantenimiento de la salud como son la vitamina B12 y la K.
¿Qué puede desequilibrar la microbiota?
Desde que nacemos hasta que morimos nuestras acciones, relación con el entorno o nuestra alimentación van a ir modulando nuestra microbiota.
Ya que, aunque ésta por lo general es estable, hay varios factores que pueden producir cambios transitorios: tipo de dieta, infecciones, ingesta de antibióticos o el estrés.
Cuando se produce una alteración de la microbiota, se origina un desequilibrio entre las distintas cepas bacterianas, lo cual afecta al organismo.
En la actualidad, se sabe que esta alteración aumenta el riesgo de que se produzcan infecciones y se desarrollen enfermedades autoinmunes, obesidad, diabetes, algunos cánceres digestivos, fibromialgia o incluso Parkinson.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la alteración de la microbiota suele generar todo tipo de molestias intestinales, dolores de cabeza y pérdida de energía.
Factores que alteran la microbiota
La alteración de la microbiota se puede producir por diferentes factores como la mala alimentación, sedentarismo, estrés, contaminación ambiental o el exceso y mal uso de antibióticos.
Patologías:
En este punto surge el famoso dicho de “el huevo o la gallina”. ¿Es una microbiota desequilibrada la que causó la enfermedad o la enfermedad originó el desequilibrio de la microbiota?
Está demostrado que algunas enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide pueden afectar a la microbiota mucho más que otros factores como la obesidad, la edad, la dieta o el tabaco.
Fármacos:
Los antibióticos arrasan con la microbiota y pueden producir trastornos importantes ya que ese vacío de bacterias beneficiosas podría ser ocupado por microorganismo patógenos.
Pero no solo los antibióticos, se sabe que uno de cada cuatro medicamentos puede ser capaz de modificar la microbiota. Por esta razón es importante acompañar los tratamientos médicos con probióticos.
Estrés y ansiedad:
Existe una relación por la cual el estrés y las emociones repercuten en nuestro bienestar intestinal.
Por lo tanto, una dieta desequilibrada, los antibióticos, un estilo de vida inadecuado o el estrés pueden alterar nuestra flora. Este desequilibrio puede causar trastornos digestivos como hinchazón, gases y diarrea
Sin embargo, estos factores se pueden contrarrestar con una alimentación sana y equilibrada, realización de ejercicio de manera regular, una adecuada higiene del sueño, evitando la sobremedicación y realizando actividades que permitan minimizar los efectos del estrés.
Cuidar la microbiota, la importancia de los probióticos y prebióticos
Los probióticos tomados regularmente pueden ser útiles para un mejor bienestar digestivo. Pero son especialmente importantes para acompañar un tratamiento con antibióticos y un tiempo después de terminarlo.
Una dieta rica en fibra contribuye a un buen tránsito intestinal y favorece el equilibrio de la flora. La fibra que ingerimos no se digiere. Llega al colon, donde se fermenta y sirve de energía para las bacterias.
Tomar varias raciones de fruta y verdura al día, además de incluir legumbres y algunos cereales integrales nos ayudará a aportar los niveles necesarios de fibra.
Algunas fibras se denominan prebióticas porque estimulan específicamente el crecimiento de bacterias beneficiosas de nuestra microbiota.
Te dejo por aquí un enlace por si te interesa más información sobre los probióticos, los prebióticos y sus beneficios en nuestro organismo.